lunes, 6 de agosto de 2012




ARTE.ESTÉTICA Y AUTOS
Reflexiones ….y algo más.

     Los Autos a lo largo de la historia están muy ligados a la funcionalidad y por extensión a la estética de esa funcionalidad.
      De los primeros carruajes tirados por caballos  hasta el primer Auto-móvil (Vehículo que se mueve por sí mismo) pasó mucha agua bajo el puente.
     La necesidad de velocidad, correr por el placer de correr y usar las carreras como argumento de venta son clásicos entre los afiches de época y las grandes marcas que a su vez empujaron a los primeros “Gentelmandriver” de la historia.
     Las primeras carreras, las primeras pistas, de madera muchas de ellas, abrieron el camino a la aerodinámica y a la aventura de correr y sentirse el “Más veloz de la tierra”.
     Los autos de competición siempre me apasionaron. Máxime los Sports y los monopostos de Fórmula Uno, mis preferidos.
      Goodwood es una fiesta para el apasionado y para el curioso. Aún es una deuda pendiente mi visita a esas tierras. Su historia y respeto por la misma nos evidencia piezas de colección únicas con legendas del volante.
     Hoy me voy a remitir a esas magníficas obras de escultura que reciben al visitante de Goodwood.
     Gerry Judah, un superlativo escultor nacido en la india nos deleita con su Expresionismo Formal en sus  orgánicas formas, en donde el sentido de movimiento y velocidad se aprecian aún por encima de los autos allí expuestos. Su manejo hábil de los materiales de última generación y detalles formales dan una percepción de velocidad,  de movimiento, aún en una posición de estaticidad.
     En mis clases de Últimas Tendencias, una de ellas el Expersionismo Estructural,  muestro al gran maestro indio en donde conjugo dos de mis pasiones, la Arquitectura y los Autos. Su Suprematismo plástico me recuerda a las vanguardias de los años veinte en donde Malevich,  Tatlín y Melnikov jugaban con las formas y materiales preparando el camino para el Deconstructivismo de Zaha Hadid , por nombrar un ejemplo Superlativo.
     La formación Integral de Gerry Judah en el campo del movimiento y del espacio-tiempo se nota en la infinidad de obras en las cuales dejó su sello siendo hoy una marca registrada.
      Comparto con ustedes su magia para disfrutarlo y seguirlo. Un maestro. Una línea más dentro de la Posmodernidad.


Rodolfo de Liechtenstein
Arquitecto

jueves, 2 de agosto de 2012








LA DÉCADA DEL SETENTA

Cuando correr era algo más que ganar.


     La Historia de la Fórmula Uno siempre estuvo rodeada de cierto Glam que la llevó a ser un deporte atractivo más allá de la velocidad y el campeonato del mundo de conductores y constructores.

     La década del setenta fue un impulso muy glamoroso para la categoría .La publicidad, los avances tecnológicos, aerodinámicos. El efecto-suelo, el nacimiento de la era turbo y el cambio de imágen que los pilotos cultivaban.

     J. Stewart fue el primer piloto en hacer de su imágen un negocio. El pelo largo, patillas generosas, publicidad por doquier. Los autos parecían Marquillas de cigarrillos con ruedas. Lotus dió el primer paso. El legendario modelo 49-Ford abandonó el clásico color verde-amarillo por el rojo-dorado-blanco de la tabacalera Gold Leaf.

     Tal vez J. Hunt, campeón mundial 1976 haya sido el play boy del volante mejor delineado del momento. Era común verlo fumando, rodeado del jet set local, pelo largo y un aire despreocupado. Imagen hoy difícil de conseguir.

     Personalmente la Fórmula uno de la década del setenta la viví intensamente. Fui seguidor incondicional de Carlos Reutemann. Piloto meticuloso, cerebral, el mejor largador de su momento

     Auténtico caballero del volante. Cualidad muy difícil de encontrar hoy en día . Aún recuerdo mi primer Gran Premio como espectador. Tenía diez años de edad , estaba frente a un televisor a válvula blanco y negro. Corría mil novecientos setenta y cuatro. Gran Premio de Argentina.

     Ganador D. Hulme, con McLaren. El Lole estaba ganado pero lamentablemente se quedo sin combustible .La imagen del Brabham BT44-Ford  número siete con la toma de aire caída fue muy desagradable. Solo le faltó un título mundial para rubricar una ejemplar campaña.

     Pienso en aquellos autos donde existía pedal de embrague, no había telemetría ni tantos avances en la informática como en la actualidad.

     Ver manejar a N. Lauda, M. Andretti, R .Peterson, G. Villeneuve, R.Arnoux. D. Pironí, C.Reutemann, J.Hunt ó E. Fittipaldi era apreciar el sentido del manejo en un punto sublime.

     Todos ellos eran potenciales ganadores de un Grand Prix. Recuerdo temporadas emblemáticas como la de 1976 con el Tyrrell de seis ruedas o la de 1978 con Carlos Reutemann experimentando con las cubiertas radiales Michelin en Ferrari. De hecho dió a dichas cubiertas su primer victoria en GP Brasil con casi un minuto de ventaja sobre el segundo E. Fittipaldi con el Copersucar.

     No todo tiempo pasado fue mejor, pero la década del setenta dio un impulso a la categoría único. Ver esos coches con esas tomas de aire por encima de la cabeza del piloto, generaban en el espectador un aire muy expresionista en los vehículos.

     La década del setenta dejó este saldo de campeones. J Rindt (1970), J Stewart (1971-1973), E.Fittipaldi (1972-1974), N. Lauda( 1975-1977), J.Hunt (1976) J.Scheckter (1979) M.Andretti (1978) y A.jones (1980).

     Estos protagonistas no necesitan presentación. Memorables victorias y glam definieron tal vez la década más heróica de la historia de la Fórmula Uno.


Rodolfo de Liechtenstein
Arquitecto


http://formulaunoreflexiones.blogspot.com/